martes, 21 de abril de 2009

HISTORIA DE CRISALIDA


LA HISTORIA DE CRISALIDA
Antes vivía en un jardín. Era un jardín muy acogedor. En él habitaban muchas y variadas flores. Su perfume recorría cada rincón de ese paraiso multicolor. Sus rincones eran visitados por muchos amigos a los que he llegado a querer mucho y durante mucho, mucho tiempo ni siquiera me planteé vivir en otro lugar.
Disfrutaba mucho sentándome con mis amigos y contándole historias. Durante largo tiempo me hizo mucho bien el poder hablar con el corazón de mis sentimientos, de mis experiencias en una larga y dura busqueda de evolución interior y de los males físicos y emocionales que acompañaban mi recorrido.
Con el tiempo algo fue cambiando. Ya no conversaba con naturalidad con mis amigos. No abría mi corazón con entera confianza, y aunque lo intenté en incontables ocasiones, la magia se había perdido.
No comprendía lo que había ocurrido así que una mañana en que el sol calentaba agradablemente me instalé en un rincón protegido del viento, entre hortensias azules, mis favoritas, y le pedí a las hadas azules que iluminaran mis pensamientos. Ellas siempre acudian en mi ayuda cuando las invitaba a mis meditaciones, y esta vez tampoco me fallaron.
Suavemente se posaron en una flor "Luna" y "Lirio" y me ayudaron a confirmar lo que yo ya intuia. Me dijeron que se habían dado cuenta de que estaba cambiando. Ya no era el gusanito alegre y desenfadado de antaño. Hacia tiempo que me estaba transformando. Ahora era casi una crisalida timida y asustada que no se atrevía a reconocer el cambio. La incertudumbre de no saber lo que me estaba ocurriendo me tenía aterrada, me sentía como un bicho raro, así que me fuí acallando.
Las hadas me propusieron una solución que además beneficiaría mi cambio. Tenía que abandonar la seguridad del jardín. Tenía que salir al mundo, viajar. Eso aceleraría el cambio y me daría la libertad que necesitaba, me haría crecer.
Fuera, en el mundo, nadie me conocería y comenzaría una vida nueva, convertida en crisalida.
Por largo tiempo, sentada en la estación, recordé como había salido en mitad de la noche, sin despedirme de nadie, ni siquiera de Diana, cogiendo asustada mi pequeño equipaje y pensé en regresar varias veces. No lo hice. Borré todo rastro y seguí adelante. Confío en que los amigos que dejé en mi jardín sabrán encontrarme de nuevo y me aceptarán como "crisalida".
Ha sido duro pero el sueño de convertirme un día en una bella mariposa me anima a seguir adelante sin mirar atrás.
Si quereis seguir mis aventuras os espero en
http://jdiana-dejamequetecuente.blogspot.com/

2 comentarios:

Abuela Ciber dijo...

Me llevas a mis años juveniles y las dudas y temores para enfrentar el mundo.

Cariños

Abuela Ciber dijo...

Querida amiga

Te deseo un fin de semana que colme tus sueños!!!

Cariños