jueves, 27 de marzo de 2008

¿MALA SUERTE? ¿BUENA SUERTE? ¿QUIEN SABE?


Esta tarde, durante la charla con una amiga me vino a la cabeza un cuento que yo creí que había llegado a mí a través de Jorge Bucay. Sentí el deseo de repetirselo y busqué en mis libros pero no lo hallé. En todo caso es un viejo cuento sufí y decía así:

"Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:

-Tu caballo se escapó, ¿que harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Dios lo sabe.

Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:

-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!

El hombre lo miró y le dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Dios lo sabe.

Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:

-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tu eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.

El hombre, otra vez lo miró y dijo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Dios lo sabe.

Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:

-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!

Otra vez el hombre lo miró diciendo:

-¿Buena suerte o mala suerte? Sólo Dios lo sabe."

Este cuento, como casi todos, encierra una gran enseñanza, y es que todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser un disfraz del bien, y a veces al contrario. De cualquier forma la vida es un camino lleno de desvios, de decisiones, así que será una postura sabia que dejemos a Dios ( o al Universo, como queramos llamarle) decidir lo que es buena suerte y mala, ya que siempre, de una manera o de otra, nos llevará a lo que sea más conveniente para nosotros.

Dedicado a la persona que ha hecho que esta tarde lo recuerde.
jdiana



9 comentarios:

Carla. dijo...

Pues estoy de acuerdo con ud. todo en la vida es un aprendizaje y a veces no sabemos a dónde nos van a llevar los sucesos... yo me digo a mí misma que las cosas no siempre salen como se planean. a veces peor, pero a veces mucho mejor.
Realmente la admiro mucho y me encanta leerla! le dejé un regalito en mi blog.

Cristina dijo...

Si, si, si Josefa, fue el mismo cuento que me recordé a mi misma. Ayer mientras hablabamos no caí en la cuenta.

Gracias mil por recordármelo.

Cristina

ConchaOlid dijo...

Entonces, para mi la conclusión es que todo es buena suerte, porque todo es para nuestro bien. (aunque no lo veamos en el momento).
Es que Jorge es mucho Jorge. (sufies a parte)
Besos

Gabriela Collado dijo...

La vida sabe lo que hace y todo sucede por algo... nada es casualidad... Muy buena historia, gracias!
Te mereces un premio y está esperándote en mi blog.

nara dijo...

completamente de acuerdo nunca se sabe...aunque no creo en la casualidad todo ocurre por alguna razon para bien o para mal ¿ quien sabe ?

besos.

Abuela Ciber dijo...

Es precioso el cuento y su mensaje.
Todo tiene un porque sea bueno o malo segun el parecer del momento.
Saber esperar lo mejor y actuar en consecuencia, hace que los logros finales ean positivos.
Cariños

Anónimo dijo...

La sabiduría que encierran estos cuentos me lleva a reflexionar acerca del sufismo, ya que no se le puede considerar religión por estar libre de principios, distingos y diferencias, los cimientos sobre los que se fundan las religiones. Tampoco se le puede llamar filosofía porque la filosofía estudia las cualidades y variedades de la naturaleza, mientras que el sufismo estudia la unidad. Por lo tanto mejor llamarlo sencillamente el aprendizaje de un punto de vista.

Besos multicolores.

Angeles y Flores dijo...

La suerte no existe Josefina, uno es el co-creador de lo que atrae. Y en esta sociedad se decido llamarle asi, pero no es asi y tu bien lo sabes... El cuento es una pasada.Y tu eres genial!! un beso

Charo Bolivar dijo...

Cuando alguno de mis hijos se ha quejado de mala suerte (de buena no se queja nunca nadie) les he contestado que no existes la buena ni la mala suerte, que somos nosotros mismos los que forjamos el camino de nuestro destino, según qué hagamos así será el fruto. El bien se paga con el bien y el mal se paga con el mal, de eso estoy segura. De la suerte, pues no.